
Decir te quiero es fácil, pero lo difícil la mayoría de las veces es todo lo que viene después, todo lo que esas dos palabras de ocho letras conllevan. Muchas veces no nos paramos a pensar en las consecuencias que traen nuestras palabras, nuestros actos.
Desde bien pequeñas vivimos rodeadas de cuentos de hadas, como el de la cenicienta, rodeados de películas en los que los finales siempre son felices pase lo que pase. Nos hacen a la idea de que el amor nos hará la vida mas bella, mas fácil, pero lo que se olvidan en mencionar es el sufrimiento que se esconde tras este complejo sentimiento. Muchas personas intentan huir de todo esto, pero aunque ellos no lo sepan es imposible hacerlo.
Supongo que aunque queramos desprendernos de el no podemos porque nacemos queriendo, y por desgracia morimos queriendo, porque desde que nuestra vida empieza la cuenta atrás del tiempo que nos queda es algo en lo que vamos en busca, porque simplemente va en nuestro interior ese intento de no estar solos, y de recibir algo tan eterno como es el amor.
Es fácil, sin amor no somos capaces de vivir, sin amor la vida no la llamaríamos vida.
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