
A penas a un metro de mi, ahí estas tu sentado. Pareces ausente, a penas hablas, tienes la mirada perdida en el suelo. Tus colegas a tu alrededor te hablan pero tu te limitas a asentir, de vez en cuando muestras una sonrisa para evitar que pregunten el porque estas así de perdido en ti mismo, ya que sabes que no sabrás que responder. Se que estas presente, pero realmente estas a años luz de ellos, en otro mundo.
Te miro, ciertamente no puedo evitarlo, pero no obtengo una mirada de las tuyas, si una de esas que hace que me tranquilice, una de esas que hace que mi mundo se detenga por unas milésimas de segundo. Todo me empieza a temblar, todo empieza a tambalearse, a derrumbarse.¡Oh, no! mi mundo se viene abajo. Te necesito aquí conmigo ya que eres tu el que mantiene mi mundo en equilibrio, el que lo mantiene en pié.
Me da la sensación de que ansias huir de todo esto, que lo necesitas, de que las dudas se están apoderando de ti como siempre. Se que en el menor momento, una parte de ti va a echar a correr. Pero antes de que te des por vencido te recordare de que esta es la única vida que podemos compartir.
No hay mas opción, me levanto sin saber bien que hacer o decir. Al parecer eres tu el que necesita hoy que sea yo la que haga que tu mundo este en paz así que sin pensármelo dos veces me dirijo hacia ti.
Me agacho, me agarro a tus rodillas, te miro a los ojos y de la nada aparece esa sonrisa de tranquilidad. Así que suavemente me acerco a tu oído y te digo eso que necesitas oír:
+Entre la multitud, somos tu y yo, solo tu y yo.
Pero es demasiado tarde, ya no estas, hace mucho que te fuistes dejando todo atrás..
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