Entonces me propuse lograr todo aquello que un día dejamos atrás. Todo aquello que entraba en nuestros planes y olvidamos junto a todo lo que implicaba un "nosotros"...
Un número diecinueve metálico y bastante llamativo estaría en la puerta, si en la puerta de esa casa en la que el sótano tendría ventanas con vistas a una profunda y azulada piscina.
Dos exactamente el número de entradas al concierto de Pereza que compraría, si en efecto en Barcelona, la ciudad que nunca duerme.
Billetes de ida a lugares por todo el mundo, todos ellos nuevos para nuestros cinco sentidos, pero eso si sin billete de vuelta, porque nos gustan las cosas a lo loco. Sin guiones.
Tardes viendo películas, infinitas de ellas, como vacaciones en Roma, porque son mis preferidas y sabes que aunque tu te duermas en cada una de ellas yo estaré ahí para darte un codazo y despertarte emocionada por una escena de clásico amor.
Dos exactamente el número de entradas al concierto de Pereza que compraría, si en efecto en Barcelona, la ciudad que nunca duerme.
Billetes de ida a lugares por todo el mundo, todos ellos nuevos para nuestros cinco sentidos, pero eso si sin billete de vuelta, porque nos gustan las cosas a lo loco. Sin guiones.
Tardes viendo películas, infinitas de ellas, como vacaciones en Roma, porque son mis preferidas y sabes que aunque tu te duermas en cada una de ellas yo estaré ahí para darte un codazo y despertarte emocionada por una escena de clásico amor.
Entonces me propuse lograr todo aquello que un día decidimos abandonar. Lograr todo aquello que me proporcionara felicidad. Seria mi simple proyecto de vida, pero con una clara diferencia, esta vez tu no estarías en el.
No hay comentarios:
Publicar un comentario