domingo, 22 de mayo de 2011

No era lógico, era AMOR.


Después de todo, los ordenadores se rompen y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es reiniciar y respirar. Tantos caminos, tantos desvios, tantas opciones, tantos errores...
Bienvenida a la era de la perdida inociencia. Nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables. Nadie tiene asuntos que recordar. En lugar de eso se desayuna a las siete de la mañana, y se intentan olvidar dichos asuntos lo antes posible.

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